miércoles, 7 de julio de 2010

blancos, negros y colores en MUSICA

KAZ KAZ

entre líneas
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giannico






giannico



Grupos musicales en Perú, que trabajan diariamente en busca de defenestrar a la adictiva cumbia popular





Luces de la noche



Un vaso de vodka, la noche y sus efectos para el que no bebe...

Y la calle, aún es mas alucinante...

LA QUINCEAÑERA
En el trayecto a la casa de la casi niña casi mujer, el espectáculo de las luces en la noche, eclipsaban los mejores shows circenses ofrecidos en este colorido mes patrio. Entre aberrantes sonidos de los móviles, y los carajos de los taxistas y choferes de transporte público, la noche no era silenciosa, pues era noche de sábado, era la noche de la casi niña casi mujer, la quinceañera.
Aún en el taxi, y conversando lo básico de una presentación personal entre David y yo, estábamos a punto de llegar a la casa de la chica de las 00 horas. Recién había conocido a David, quien en esta noche perpetuaría para la posteridad todos los pormenores de tan memorable evento de la quinceañera, él lo haría en video.
Llegamos?... casi casi. Nos pasamos una cuadra de la casa de la casi niña casi mujer, y tratando de ubicar el numeral 708 de esa gran avenida en el Callao, solamente encontramos una tímida puerta de madera enfriándose en esta noche que ya se presentaba húmeda siendo las 20 horas. Felizmente era la casa.
Una vez dentro en la pequeña pero acogedora sala, aguardábamos a que la quinceañera apareciera para las sesiones en video y fotografía tal cual lo acordado con la madrina de la chequera...y entre rodillas temblando de impaciencia y revisando el celular que nunca timbraba, apareció ella...
Desbordada en un vestido rojo y una corona de miss teen apareció la cándida chiquilla que no desbordaba la típica felicidad de la adolescente que se va convirtiendo en mujer, sus ánimos eran otros, como el de aquellos que están a punto de ir a una simple fiesta...
En 15 minutos se termino el registro en fotos y video. Ahora nos vamos con David, la quinceañera y su tía en un taxi hasta el lugar de la fiesta, y entre la incomodidad de estar sentado atrás y en el medio logré percatarme que el chofer auscultaba con mirada ginecológica a la tía de la quinceañera que se ha subido a su "caña".
Minutos después ya nos encontrábamos entrando al enorme salón de techos altos y decorado de globos y cortinas en tonos rojos y negros, pensé que se trataba de una versión moderna de la película "La danza de los vampiros", pero felizmente unos metros mas allá logre divisar dos cañones de luces multicolores que garantizaban una noche de full regueton adolescente.
Cerca de las 10 de la noche, solamente habían llegado los familiares de la quinceañera, quienes reunidos en dos mesas vestidas con mantel "rojo", parecían ser los dos últimos palitos de fósforo de la caja...por otro lado la madrina visiblemente preocupada pues el salón estaba alquilado solo hasta las 2 de la mañana corría de un lado a otro estropeando su maquillaje por el trajín rectangular del salón rojinegro.
Siendo las 10 y 25 de la noche, el maestro de ceremonias iba por tercera vez al baño a lavarse la cara, el sueño lo amenazaba. David y yo ya habíamos degustado de los piscos sours invitados por la madrina de la cartera (ya no chequera), y los familiares sentados ya habían dado por finalizada las conversas triviales...de pronto....un enorme batallón adolescente entraba por la puerta principal, chiquillos disfrazados de señores y chiquillas apresuradas en ser mayores lucían sus sexys minifaldas pero traicionadas fatalmente por la inexperiencia de los zapatos de tacones altos, así la noche se acomodaba mejor a lo que quería la madrina...y la quinceañera...a propósito, dónde andaba ella?
La casi niña casi mujer estaba a un lado del salón, detrás de la puerta de emergencia terminando de conversar con un chiquillo que se iba sin darle cara, y ella, con una enorme tormenta en la cabeza y un diluvio en el corazón, dejo ver un par de lineas verticales de color negro, que iban descendiendo por sus mejillas. La madrina al verla...se puso verde. De alguna manera fue una forma de justicia ante tanto color rojo de esa noche...
Contra todo pronóstico la quinceañera salió a las 00 horas, su expresión era otra, estaba radiante, así lo avalaron las 400 fotografías de la noche que le entregamos después de tres días a la madrina que se había puesto verde. Muchos regalos rebalsaron la caja de obsequios en la puerta del salón, sus padres orgullosos y quebrados antes el discurso ya no vieron más a la pequeña que trajeron al mundo hace 15 años, ahora todos en la sala veían a una mujer, que había comprendido que el mejor regalo que pudo haber tenido en esa noche, no estaba en la caja de obsequios, sino que la vida le había regalado la MADUREZ con que afronto tal vez su primera decepción amorosa...
Y así, entre bailes, hora loca, tragos, bocaditos y cena, una nueva mujer aparecía en el camino de la vida.

jueves, 3 de septiembre de 2009

La última vista panorámica del suicida




Depresión, drogas, abatimiento, locura, huída, acaso liberación... cualquiera de estos términos envuelven la mente de aquel individuo listo para el gran salto a lo desconocido (sobre todo si se trata de el piso 21 de un edificio del centro de Lima).



Piel fría, sudoración extrema, vértigo en su máxima expresión, resultan ser los últimos cambios corporales de este último momento en vida. Todo es tan lejos desde arriba, y paradojicamente, todo es tan cerca a la muerte...cómo ha de ser ése único encuentro del viento fuerte sobre el rostro, cuando se va cayendo en ese camino vertical al golpe seco sobre la acera.



Es más fácil saber que todo este viaje termina en color negro y con el sonido del silencio; y es más predecible saber que para los transeúntes de esta calle de Lima es todo color rojo y con los sonidos de gritos de testigos y de la sirena de ambulancia que marcha en camino horizontal sobre la pista buscando rezagos de vida en aquel que ha renunciado a ella.